De Córdoba a la gloria europea. Julián Carranza, ex Banfield, tuvo su noche soñada en la Champions League y fue el verdugo del Milan. El delantero ingresó en el segundo tiempo y, con apenas 26 minutos en cancha, marcó el gol del 1-1 que selló la clasificación del Feyenoord a los octavos de final.

Más allá del tanto decisivo, Carranza tuvo un rendimiento impecable: 15 toques, 7/7 en pases precisos (100%) y una frialdad tremenda en el área. No le pesó el escenario ni la presión. De Argentina a la élite europea, Julián dejó claro que está para grandes cosas.