El 17 de agosto de 2005, Lionel Messi cumplía su gran sueño: ponerse por primera vez la camiseta de la Selección Argentina. Con apenas 18 años y tras rechazar la propuesta de jugar para España, la “Pulga” saltó a la cancha en un amistoso ante Hungría. Sin embargo, su estreno fue tan inesperado como fugaz: apenas 48 segundos en cancha antes de ser expulsado por un codazo que todavía hoy genera debate.

Aquel arranque turbulento quedó solo como una anécdota en la historia del fútbol. Veinte años después, Messi ya es campeón del mundo, ídolo eterno y símbolo absoluto de la celeste y blanca. Su debut, tan breve como insólito, fue apenas el comienzo de una historia que cambió para siempre la relación de Argentina con el fútbol y que todavía sigue escribiéndose