No fue un partido más. Thomas Müller jugó su último encuentro en el Allianz Arena y se llevó el aplauso de todos: compañeros, rivales, suplentes, hinchas… ¡hasta el árbitro lo saludó! Después de 15 años ininterrumpidos en el Bayern Múnich, el ídolo alemán se despide del club donde hizo absolutamente todo. Campeón, goleador, asistidor, referente… leyenda.

El estadio entero se puso de pie para despedirlo como se merece. Porque Müller no solo es historia del Bayern, es historia del fútbol. En una época de traspasos constantes, lo suyo fue fidelidad pura. Una era que se va, pero deja huella eterna.