Insólita y heroica escena en Inglaterra: los once jugadores del Ipswich se pararon sobre la línea del arco para defender un tiro libre indirecto en plena área chica, tras un blooper del arquero. El rival, Wolves, tuvo el empate servido… pero la muralla humana lo evitó.

La jugada fue digna de película: tapadas, rebotes, y un festejo que se gritó como un gol. El fútbol inglés nos regaló uno de esos momentos que quedan para siempre.