Sí, Naomi Girma está a la altura del hype. Emma Hayes la definió como la mejor defensora que ha visto en su vida. Y si lo dice una de las entrenadoras más respetadas del fútbol mundial, ¿quiénes somos nosotros para discutirlo?.

A sus 24 años, Girma ya se ha consolidado como una de las mejores del planeta y por la cual Chelsea desembolsó el monto récord de £900,000. Fue elegida dos veces Defensora del Año en la NWSL, Jugadora del Año en EE.UU. y, por si fuera poco, suma un oro olímpico a su historial.

Pero más allá de los premios, lo que la distingue es su estilo: una zaguera moderna, serena con la pelota, agresiva pero calculadora sin ella. Su lectura del juego es tan precisa que rara vez necesita recuperar la posición, pero cuando lo hace, su velocidad le permite llegar a tiempo sin necesidad de barridas desesperadas.

Hija de inmigrantes etíopes en Estados Unidos, Girma sabe que el fútbol profesional no siempre es un camino accesible para chicas de su comunidad. Por eso, más allá de su talento en la cancha, su impacto también se mide fuera de ella. Con cada paso que da, busca abrir puertas para que más niñas sueñen con llegar lejos. Y con un contrato millonario que la convierte en pionera en el fútbol femenino, su legado apenas comienza.

La historia de Naomi Girma